¿Qué podemos aprender del COVID-19 en los negocios?
Más que un tema de salud, la pandemia del COVID-19 ha evidenciado falencias, brechas y problemas en el ámbito empresarial, actualmente en la era digital se está viviendo la cuarta revolución industrial con avances tecnológicos que van más allá de nuestra imaginación, sin embargo, muchas empresas no se encuentran en este nivel, y otras ni siquiera están preparadas para adoptar nuevas tecnologías.
De tal manera se puede dar como referencia los teléfonos móviles los cuales por medio de aplicaciones se han convertido en un anexo de del cuerpo humano.
La diversidad de actividades en las cuales nos apoyamos todos los días con estos aparatos, por lo tanto, teniendo muchas cosas al alcance de la mano y que nos hace ser más productivos, ¿por qué no adoptamos tecnologías en nuestros negocios?
Gran cantidad de empresas en Guatemala los procesos de transformación digital están aún en pañales, hay negocios en los cuales todavía se realizan procesos de forma manual, no existe ningún tipo de automatización y en otras donde empiezan a dar los primeros pasos en la digitalización existe desconocimiento y temor a conocer nuevas tecnologías.
Los dueños o gerentes de las empresas deben comprender que es necesario hacer un cambio cultural dentro de sus organizaciones, orientado hacia la transformación digital, dejar que la tecnología realice los procesos operativos y permitir que el talento humano se dedique a la creatividad, innovación, descubriendo nuevas oportunidades y de esa manera generar valor de una forma efectiva.
El éxito de las empresas dependerá de automatizar lo previsible y que las habilidades humanas se enfoquen en lo que no se puede prever y en liderar a sus equipos de trabajo.
No es sencillo dar ese salto, pero es necesario, tomando en cuenta que la competencia si da pasos de cambio en nuevas automatizaciones, el COVID-19 a obligado a muchos negocios ha dar esos cambios sin poner excusas al factor económico, si bien es cierto que en muchos casos la empresa no cuenta con los recursos para invertir en una nueva tecnología, existen modelos de renta donde se puede diluir la inversión y ver un retorno a corto o mediano plazo.
Como ya lo mencioné, es necesario hacer un cambio cultural, no es necesario estar presente para realizar el trabajo, hay quienes creen que si los empleados se encuentran haciendo Home Office no necesariamente están trabajando y existe una desconfianza pasiva hacia este tipo de práctica, por esa razón cuando se empezaron a levantar las restricciones, en muchos negocios, se pidió que regresaran al trabajo presencial.
Si el personal tiene claro cuáles son sus responsabilidades y existen métricas para determinar cualquier brecha que pueda existir en el trabajo que se debe realizar y lo que se está realizando, no es necesario tener a todos los empleados en las oficinas, no es necesario estar dando indicaciones de qué es lo que deben hacer, lo que sí deben tener claro los empleados es que son responsables de los recursos que se les ha asignado y tienen que rendir cuentas de estos recursos. Y al mencionar recursos, no son únicamente recursos físicos, el tiempo también es un recurso, la información es un recurso, y debe existir un proceso de rendición de cuentas de cómo están administrando estos recursos.
No sabemos con certeza que nuevos retos nos espera en el futuro próximo, en 2019 fue el COVID-19 que nos forzó a realizar cambios bruscos en nuestra forma de trabajar, y obligó a muchas empresas a dar el salto hacia la digitalización, pero de lo que sí podemos estar seguros es que ninguna empresa puede quedarse estática, de lo contrario los negocios que no se adapten pasarán a ser irrelevantes.