Blockchain y el voto electrónico

Christian Levi Gonzalez Rodriguez

Estudiante de Ingeniería en Ciencias y Sistemas - USAC

Palabras Clave:
Voto electrónico, blockchain, votación, seguridad, política, elecciones, democracia.

El voto electrónico no es una idea nueva, ni tampoco algo que esté implementado en todo el mundo. Como dice un artículo de la vanguardia: “Desde que en los 60 se empezaran a usar sistemas de votación electrónica, a través del uso de tarjetas perforadas, hasta los recientes sistemas de escaneo óptico para recoger los votos emitidos en papeletas, muchos son los métodos aplicados en este campo”. [1]

La realidad es que, aunque han sido muchos los intentos por tener éxito implementando un sistema de votación a prueba de fallos, cada intento ha sido manchado con polémicas, manipulaciones y anomalías en los resultados. Y el hecho es que existen demasiadas variables a considerar a la hora de sistematizar algo donde la validación humana tiene tan alta importancia.

Imagen 1: Máquina de voto electrónico Fuente: La Vanguardia

Pero si nos ponemos a analizar los diferentes casos, tanto los fallidos como los que casi no han tenido fallos, el verdadero problema reside en la seguridad. Desde la seguridad de la información, hasta la seguridad del software, la calidad y buen funcionamiento del hardware, la seguridad de las “boletas electrónicas”, entre otras cosas.

La esencia del voto

El artículo 12 de la Ley electoral y de partidos políticos, libro uno, ciudadanía y voto, titulo único, capitulo único, en la sección de principios generales dice textualmente lo siguiente:

Artículo 12.- (Reformado por el artículo 4, del decreto 74-87). Voto. El voto es un derecho y un deber cívico inherente a la ciudadanía. Es universal, secreto, único, personal y no delegable.

Estas 5 características del voto, han impedido que el voto electrónico en sus diferentes propuestas, se desarrolle y funcione a su totalidad. La idea de crear un sistema a prueba de fallos que cubra todas estas características siempre se verá afectado de una u otra manera por el factor humano.

El solo hecho de ser universal, implica que cualquier persona debería de poder utilizar el sistema. Y allí es donde nos preguntamos ¿Cómo lograr que un país con 25 etnias entienda cómo usar un sistema de votación electrónico, cuando muchos no han tenido la misma oportunidad de educación?.

Esto tampoco quiere decir que el sistema actual funcione sin ningún problema. El simple hecho de que existan diferentes iniciativas para mejorar un sistema de votación indica la necesidad del apoyo de la tecnología. Y es que los problemas en el proceso tradicional de votación se han vivido en todos los países que practican la democracia.

En un escenario ideal, el voto electrónico podría evitar cuestiones como la pérdida de papeletas, la alteración de resultados, ayudaría a disminuir o a eliminar la cantidad de votos nulos, disminuiría el tiempo de conteo de votos, eliminaría el recuento de votos, no permitiría más de un voto por persona (único), la participación en el proceso se podría verificar, entre muchas otras cosas que podríamos mencionar de un proceso de votación tradicional.

Blockchain, ¿posible solución?

Entre todas las nuevas tecnologías, parece que blockchain es la que más se acerca a tener una solución a este problema, en el futuro. A pesar de que esta nueva tecnología podría brindar una mayor seguridad en el proceso de votación, aún no se ha desarrollado una solución viable que sea 100% efectiva y a prueba de vulnerabilidades.

MIT Technology Review publicó un artículo en agosto del año pasado donde mencionan que proteger los dispositivos conectados contra la piratería es bastante difícil. Y es que desarrollar un sistema en línea que conserve todos los atributos que esperamos de las elecciones democráticas, manteniendo el voto universal, secreto, único, personal y no delegable, sería increíblemente difícil de lograr. [2]

Según el artículo, existe un sistema llamado “The Voatz system” que es una App para marcar boletas electrónicas y almacenarlas en blockchain privadas [2]. Básicamente es una aplicación con algo de tecnología blockchain en ella. La tecnología blockchain no es mala, simplemente añade algunos detalles más en cuanto a seguridad, pero mientras el Internet este como intermediario, la vulnerabilidad de las aplicaciones está al alcance de los hackers.

Cnet también escribió un artículo en noviembre de 2018 sobre “The Voatz system” e incluye otras soluciones de voto electrónico como Votem, Follow My Vote, Boulé, Democracy Earth y Agora. [3]

En él se mencionan algunas opiniones como la de Matt Blaze, un profesor de criptografía y ciencias de la computación de la Universidad de Pensilvania y experto en seguridad de la votación electrónica, que en uno de sus tweets escribió que “No importa lo perfecto que parezca al inicio, la votación civil no es una buena aplicación para el blockchain.”

Y es que existen desventajas que aún se plantean con respecto a este tipo de sistemas como que, si es posible verificar que el voto se emitió, de alguna manera existirá un registro asociado a la persona, anulando la característica que el voto debe ser secreto. O que algún tipo de malware (programa maligno) en el dispositivo del votante altere la decisión antes de que llegue al blockchain y la persona nunca se entere de la alteración por la complejidad misma del sistema.

Una publicación de Ars Technica nos habla sobre cómo la votación por blockchain sería mucho peor [4]. Aun teniendo un software que cumpla con los requisitos de un proceso de votación, pocas personas entenderían cómo funciona blockchain. Incluso los expertos no tienen una buena manera de observar el proceso de votación en línea para detectar irregularidades, como lo hace un observador de las elecciones en una elección tradicional con boletas de papel.

El voto electrónico debería buscar la manera de realizar la verificación de votos como se hace en papel, que es realizada en algunos casos por más de un individuo en cada mesa, donde todos juntos validan el conteo de votos, en el que se observa y verifica la validez o anulación de cada voto.

Imagen 4: Voto electrónico Fuente: Esther Vargas / Flickr

A pesar de que el panorama se ve algo pesimista por el momento, no todo está perdido. Entre las cosas positivas que algunos sistemas de votación electrónica han logrado podemos resaltar lo siguiente:

  • Bases de datos de blockchain descentralizadas. Los datos de votación se distribuyen a través de muchos servidores y es más difícil destruir o alterar los resultados al corromper un solo sistema central.

  • Posibilidad de verificar que el voto se emitió según lo previsto y detectar la manipulación indebida.

  • Los gobiernos y los partidos externos independientes pueden confirmar los resultados de los votos almacenados en la base de datos de blockchain para una mejor transparencia.

El futuro del voto electrónico

Forbes en noviembre de 2018 menciona sobre la implementación del voto electrónico, habla acerca de que no es un problema de tecnología. Esto se ha convertido más en un problema político que en un problema de tecnología. Indica que según el Economic Times, más de 30 países han usado o estudiado máquinas de votación electrónica, y algunos todavía están piloteando la tecnología.

Puede que no tengamos mucho problema en cuanto a nuestra capacidad tecnológica, sino más bien en la curva de aprendizaje que significa la implementación del voto electrónico para la población en general. Así mismo la resistencia al cambio sería un factor que debería tomarse en cuenta ya que seguramente un cambio muy inmediato podría provocar que disminuya el porcentaje de participación en las votaciones, y se obtenga un resultado sesgado.

En el artículo de Forbes se habla también sobre las plataformas de votación de código abierto, y como abren las puertas para que en el futuro se aprovechen estas herramientas [5]. Al ser código abierto permitiría a cada país adaptar esta tecnología a su sistema electoral. Pero esto también deja la puerta abierta a inconsistencias en el código, vulnerabilidades y como resultado, un nuevo sistema que podría estar corrupto.

Imagen 5: Plataformas open source Fuente: Forbes

Hasta el momento, pareciera ser que el uso de blockchain para el voto electrónico es una opción que debe ser revaluada, considerando todos los posibles escenarios que un proceso electoral pudiera tener.

Aunque muchas personas se han dedicado a desarrollar soluciones, es un hecho que las características más importantes del voto siguen siendo el mayor obstáculo que superar para un sistema de votación electrónico. Tal vez en el futuro podremos tener un sistema totalmente confiable, seguro y transparente, que mantenga la esencia del voto y no tengamos que preocuparnos por los problemas que actualmente tenemos en nuestro proceso electoral tradicional.

Conclusiones

  • En nuestro contexto guatemalteco, creo que existe un salto muy grande que debemos dar para alcanzar a los países que están probando estos sistemas.

  • Es posible que en Guatemala no exista una barrera tan alta en cuanto a la capacidad tecnológica, sino más bien en la curva de aprendizaje que significa la implementación del voto electrónico para la población en general, por la gran diversidad de cultura que tenemos.

  • Mientras no se tenga una solución que cumpla con todas las demandas del proceso electoral tradicional, los sistemas de voto electrónico solo deberían utilizarse como una herramienta de apoyo al proceso electoral tradicional.

  • El impacto social que puede tener la implementación del voto electrónico en un país donde no se ha instruido a la población podría generar resultados totalmente sesgados, resistencia o abstención del voto como tal.

  • Blockchain es la tecnología que ha logrado cubrir en su mayor parte el proceso electoral tradicional. Pero llevará tiempo completar los obstáculos que faltan para que sea una realidad en los países que puedan y quieran hacer el proceso de cambio, con el fin de tener un proceso democrático transparente.

Referencias